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Violencia de género

Relato corto 

Brenda se casó con John con solo veinte años, durante los cuatro años de noviazgo fue una relación normal, él era detallista, cariñoso y amable, pero todo cambio a partir de su matrimonio, a los tres meses de casados John llego a casa de trabajar, su mujer como siempre tenía la cena preparada en la mesa, pero sin ningún motivo comenzó a ofender a su esposa con expresiones como estás más gorda, deja de comer tanto.

Ella se levantó de la mesa y se fue al dormitorio, donde empezó a llorar, en pocos minutos él entraría detrás de ella pidiéndole perdón y diciendo que lo sentía mucho, pero, que había tenido un mal día, ella lo perdonó, pues estaba enamorada de él.

Un mes después el matrimonio iba a salir a cenar a un Restaurante, Brenda se puso un vestido ceñido y unos zapatos que tenían dos centímetros de tacón, cuando John la vio salir del dormitorio lo primero que se le ocurrió fue decirle que parecía una prostituta, por lo que se cambiaba de ropa o no iban a ningún sitio, ella con la cabeza agachada le obedeció.

A los pocos días John invito a un compañero de trabajo a cenar a su casa, cuando terminaron la cena John muy enfadado empezó a reprochar a su mujer que ya podría haber sido más discreta, Brenda le dijo que no sabía de qué le estaba hablando, el todavía más alterado le dijo eres una cualquiera y delante de mí no tienes que mirar a otro hombre, ella le respondió que solo lo quería a él y que solo había sido amable con los invitados, John le respondió con un puñetazo en la cara de su mujer, tirándola al suelo de la potencia del golpe, ella en el suelo sangrando por la boca solo le decía no me pegues por favor, John de repente se arrodilló con su mujer diciéndole que lo sentía mucho que no bolberia a pasar.

Después de este evento, Brenda comenzó a vivir controlada por su marido, solo la dejaba utilizar su teléfono en presencia de él, no salía a la calle sola y tenía prohibido maquillarse.

Seis meses después la vida de Brenda ya no le pertenecía, John era quien controlaba cada movimiento de ella.

Sin amigas y sin mantener relaciones con su familia, Brenda se sometió a todo lo que su marido le decía, la tenía amenazada con que si lo dejaba la mataría y que nadie iba a querer saber de ella porque el único que la quería era él.

Hubo varias veces donde Brenda tuvo que tener relaciones con su marido sin apetecerle para así evitar golpes.

Una noche John llego bebido y quiso obligar a su mujer a tener sexo, ella se negó y él la cogió del cuello y la tiro al suelo, empezó a golpearle en la cara, pero no se conformó y le propino varias patadas en las costillas, ella intentaba escapar arrastrándose por el suelo, pero él la cogía del pie izquierdo y lo evitaba.

Con Brenda gritando y el ruido de los golpes algún vecino llamo a la policía, cuando la policial llamó a la puerta John le prohibió a su mujer que abriera, insistieron varias veces, pero no tuvieron éxito y lamentablemente sin orden judicial la fuerzas del orden no pueden entrar.

Cuando la policía se marchó, John, como si nada hubiera pasado, empezó a curar las heridas a su mujer y de nuevo diciéndole que lo sentía mucho, pero que ella le obligaba a hacerlo, Brenda en silencio con la cabeza agachada incapaz de mirar a los ojos a su marido, le pidio perdón a John y con este perdón él más se crecía.

Cuando John se fue a trabajar la dejo encerrada en casa para que no saliera a la calle, pues saltaba a la vista de que la habían golpeado, cuando la madre de Brenda llamaba por teléfono, John estaba presente y la obligaba a decirle que estaba bien y que era muy feliz, si la madre de ella quería ir a ver a su hija él le decía que justamente se iban unos días fuera y así John fue alejando a Brenda de todos los que la querían.

En menos de un mes John le propino una paliza a Brenda dejándola inconsciente en el suelo, no le quedo más remedio que llamar a la ambulancia, cuando llegaron los sanitarios John les dijo que su mujer se había caído de una escalera colgando unas cortinas, pero los sanitarios se dieron cuenta de que las marcas que Brenda conservaba de tiempo atrás y las actuales no eran de una caída, así que se la llevaron al hospital sin permitir que su marido fuera con ellos en la misma ambulancia.

En el hospital, el médico que atendió a Brenda aviso a la policía de que tenían a una mujer de unos treinta años con síntomas de sufrir violencia de género físico, se personó en el hospital una agente de policía que se encargó de custodiar a Brenda Hasta que pudiera hablar con ella y obtener información.

Mientras John que insistía en ver a su mujer, los médicos le decían que tenía que esperar porque en estos momentos no podía acceder.

El parte médico de lesiones especifico que Brenda tenía dos costillas rotas, varios moratones en la espalda, fruto de haber recibido una serie de golpes, posiblemente patadas, psicológicamente Brenda se sentía que era la culpable y se merecía los golpes que su marido le daba.

Se puso en marcha el mecanismo para su protección, lo primero la detección de John que a las veinticuatro horas de calabozo pasaría a disposición judicial, decretando el juez prisión provisional a espera de juicio, lo segundo que se hizo es llevar a Brenda a un centro de protección donde había más mujeres que como ella habían sufrido agresiones físicas por su pareja.

Brenda tardó dos años en ser capaz de salir de este centro y se marchó a otra ciudad que solo sabían los más allegados a ella, John cumplió seis años en prisión y cuando salió rehizo su vida con otra mujer que no tardaría en denunciarlo por maltrato físico.

Para Brenda no fue fácil volver a valorarse como mujer y aceptar que ella no hizo nada para recibir esos golpes, pero con secuelas que nunca desaparecerán consiguió salir adelante, actualmente colabora con asociaciones que defienden los derechos de la mujer.

Si eres mujer nunca permitas una mala expresión porque todo empieza por ahí, al primer síntoma de machismo por tu pareja rompe la relación, eso no es amor y si estás sufriendo en estos momentos violencia de género no lo pienses más y denuncia.

Brenda aguantó diez largos años de maltrato psicológico y físico, diez años convencida que se merecía cada golpe y cada insulto, sé valiente y si tu pareja te hace daño independientemente de como, denuncia porque contra el maltrato tolerancia cero.

                                                                                       Por Fran Marquez


 

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